La psicoterapia en ancianos puede jugar un papel fundamental de cara a paliar el deterioro causado por la edad y las enfermedades, ayudando a recobrar el sentido de utilidad y la felicidad perdida.
Es normal que la primera vez que acudimos a un servicio de psicología surjan nervios, miedos y dudas, como: ¿Qué pasará en la primera visita?, ¿Tendré que hablar de cosas que no quiero?, ¿Cuánto durará el tratamiento?, …Es por eso, que nuestro primer objetivo será crear un ambiente cómodo, relajado y en el que trataremos de transmitirle toda la información que necesite o demande.
Independientemente de cual sea el motivo que le ha llevado a nuestra consulta, encontrará en ella comprensión, empatía, aceptación incondicional y autenticidad. Poco a poco iremos construyendo un vínculo basado en la confianza que facilite nuestro trabajo conjunto orientado a la solución de sus problemas.
A modo general, hay dos consecuencias que cabe esperar de las sesiones de terapia: cambio y crecimiento. Expresiones de esto serían por ejemplo la consecución de un sentimiento de seguridad, una mejor capacidad para relacionarse con los demás y la mejora en el control de sus acciones y emociones.